Una persona tira en un año alrededor de 10 kilos de latas.
Para la recuperación del acero de las latas es preciso desestañarlas y extraerles el aluminio. Éste es un proceso bastante contaminante, aunque mucho menos que el de producir acero de nuevo.
Reciclar latas de aluminio, reduciría la contaminación del aire en un 95%.
Casi todos los metales pueden fundirse y volver a procesarse creando nuevos metales.
Fabricar aluminio a partir de aluminio reciclado requiere el 90% menos de energía que hacerlo a partir del mineral.
La chatarra de hojalata puede reciclarse hasta en un 100%.
Es importante reducir el uso de latas, ya que las siderurgias pertenecen al grupo de las empresas más contaminantes que existen.
Victoria Bianco
Periodista especializada en Medio Ambiente