Desde junio entró en vigencia la ley que prohíbe la importación y comercialización de lámparas incandescentes de uso residencial en todo el territorio de la Republica Argentina.
Quedan fuera de la prohibición las lámparas incandescentes cuya potencia sea igual o menor a veinticinco voltios, independientemente de la ampolla de la lámpara.
Se trata de un paso muy importante en eficiencia energética, ya que cada lámpara representa un ahorro de energía de alrededor del 80%.
El reemplazo total de bombitas tradicionales significará una reducción muy importante en el consumo eléctrico y contribuirá a generar menos gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático.
Se estima que el ahorro anual con un fuerte programa de reemplazo de luminarias en el sector residencial puede ser de 4.200 gigovatios por hora, es decir, casi el doble de lo que produce la Central Nuclear Atucha 1.
Victoria Bianco
Periodista especializada en medio ambiente