El satélite SAC-D Aquarius que lanzó la Argentina tendrá como objetivo monitorear los cambios del clima y sus efectos.
Medirá la humedad del suelo en grandes extensiones así como la temperatura del mar y de la tierra. También estudiará la actividad volcánica y los grandes incendios, para habilitar alertas tempranas sobre inundaciones o sequías.
Los instrumentos del satélite como el radiómetro de microondas medirá la velocidad del viento, las precipitaciones y la distribución de hielos marinos mientras que la cámara infrarroja controlará fuegos volcánicos y la temperatura superficial del mar. Otra cámara de alta sensibilidad reconocerá las tormentas eléctricas.
El satélite lleva siete instrumentos de medición y viaja en órbita a 27 mil kilómetros por hora lo que le permite dar la vuelta a la tierra en 1 hora y media.
El aparato fue desarrollado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales y la NASA, y es uno de los más sofisticados de los utilizados por la Argentina.
Victoria Bianco
Periodista especializada en medio ambiente