La huella hídrica de un individuo, comunidad o comercio se define como el volumen total de agua dulce que se utiliza para producir los bienes y servicios consumidos por el individuo, la comunidad y sus comercios.
Los seres humanos utilizamos diariamente una gran cantidad de agua para beber, cocinar y lavar. Pero aún más se utiliza en la producción de bienes como alimentos, papel y prendas de algodón. Por ejemplo, la producción de 1 remera de algodón requiere de 4000 litros de agua.
Muchos países han “externalizado” significativamente su huella hídrica al importar bienes de otros lugares donde requieren un alto contenido de agua para su producción.
Este hecho genera una presión en los recursos hídricos en las regiones exportadoras, donde no existen leyes ni mecanismos que regulen y conserven los recursos hídricos.
Victoria Bianco
Periodista especializada en medio ambiente