A menudo, cada uno de nosotros circula por diferentes barrios de la ciudad y las construcciones que se observan resultan absolutamente familiares. Así es que caminamos entre escuelas, edificios de varios pisos, plazas y también entre antenas de telefonía de gran altura.
Sin embargo, no es saludable vivir a pocos metros de este tipo de instalaciones, puesto que las ondas electromagnéticas de radiofrecuencia que generan pueden provocar daños en la salud humana, en algunos casos, irreversibles. La OMS afirmó en el año 2001 que las radiaciones no ionizantes emitidas por las antenas de telefonía móvil son probablemente cancerígenas.
La exposición crónica a este tipo de emisiones afecta en particular a la glándula pineal, provocando una disminución de la eficacia inmunitaria de los leucocitos (glóbulos blancos) y de la secreción de las hormonas responsables de regular los ritmos biológicos y una baja de las defensas naturales del cuerpo contra bacterias, hongos y virus.
En la Pcia de Córdoba la abogada María Belén Aliciardi investigó,en el año 2005, las causas de los numerosos casos de cáncer registrados en Villa Ascasubi, dado que el porcentaje era muy elevado en comparación con otras localidades vecinas. Esta joven de 30 años se desempeña como jueza de Faltas y es la única abogada que se dedica al Derecho Ambiental en la provincia. Entendiendo que un juez de Faltas “no sólo debe dedicarse a tareas represivas sino también a tareas preventivas”
Victoria Bianco
Periodista Especializada en Medio Ambiente